viernes, 7 de enero de 2011

Saludo Navideño:DIOS CUMPLE







Pasados dos mil años del Nacimiento como Hombre de Nuestro Divino Salvador, todo el mundo, bueno o malo, creyente o no se ve, gustoso o forzado, a detenerse en la fiesta navideña. Aún los que sólo lucran con esta fiesta, los que hacen de ella una ocasión de comercio y de ganancia o los mismos medios masivos de difusión que tanto atacan y destruyen la vida cristiana no pueden sino recordar la Navidad y mostrarla de mil maneras haciéndola noticia y noticia prestigiosa. Los mismos enemigos de Dios, aunque sea por el mezquino afán del lucro, señalan al Pesebre como aquel tirano Herodes el Grande que señaló, y muy a su pesar, a los Santos Reyes, el Camino hacia el Rey de todos los reyes.
“El Verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros” (S. Jn.1, 14). ¿Qué es el verbo? La palabra. ¿Que es esto? La expresión de lo que pensamos. Los hombres podemos mentir, diciendo distinto de lo que pensamos, Dios nó. Dios, suma e infinita Bondad, ni miente ni puede mentir. Lo que dice, eso piensa, lo que quiere, eso hace. En Dios, su Verbo infinito, la segunda Persona de la Santísima Trinidad no es más que la expresión acabada, sincera, leal, inconmensurable y eterna de su pensamiento también eterno. ¡Fiat lux! ¡Hágase la luz! (Gen. 1, 3). La pensó y la quiso Dios y fue hecha. Así con toda la Creación. Así con nosotros, así con su designio redentor.
Lo que Dios dice es lo que dice eternamente y eso mismo lo piensa también desde toda la eternidad. ¡Hagamos! Y así lo que Dios quiere que pase, se cumple de manera fiel e inexorable.



“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (Gen.1, 26). “Parirás y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús” (S. Lc.1, 31). “Ella aplastará tu cabeza” (Gen.3, 15),
Lo que Dios promete, en su infinita fidelidad; lo que quiere con su infinita sabiduría eso hace y eso cumple. Nadie igualará jamás a Dios en fidelidad.

Vayamos a la semejanza.
La semejanza somos nosotros, al decir del mismo Génesis (Gen.1, 26). Nos parecemos a Dios en la inteligencia y en la libertad. Pensamos, en nuestra medida, como piensa también Dios, obramos, como El, voluntariamente y por eso libremente.
Dios no hizo al hombre semejante a Si porque sí. ¡Qué absurdo en el que para todo tuvo un motivo, una razón, un designio, el que hubiera hecho al hombre sin cumplir con su Inteligencia rectora de los Ángeles, los hombres, los acontecimientos de la historia y hasta el mismo devenir del universo y la tierra que nos cobijan! Su Inteligencia nos hizo como somos, inteligentes y libres, no por un puro copiar, no para hacer gala de su omnipotencia; nos creó así para que copiáramos también su pensar, su querer y su obrar.
Un pensar que no considerase a Dios como el personaje esencial y principal de lo que existe sería en definitiva un razonamiento absurdo porque o no llega a su última conclusión o no percibe siquiera el comienzo de todos los seres, de todas las cosas y de nosotros mismos.
Un querer que no quiere lo bueno y sólo lo bueno como Dios lo dispuso al darnos libertad hace andrajos aquello que nos reviste de dignidad y grandeza entre todos los seres.
Un obrar que aleje de Dios en vez de acercarnos cada día más a Él es una quimera. A Dios llegaremos sí o sí al final de nuestros días, sea para el abrazo eterno de su amor, sea para entenderlo justo y perderlo justamente por no haberlo merecido ni correspondido. Vivir hoy sin tratar de obrar bien es ir preparando el eterno alejamiento de Dios, como quien diariamente maltratara a un amigo asentando la ruptura definitiva de esa amistad. Un amigo puede perderse pero perder a Dios es hundirnos nosotros en la confusión y en la eterna y total falta de amor.
Que esta Santa Navidad nos empuje hacia Dios, a realizar en nuestras pobres almas la humilde copia de nuestro Creador.
Cumplamos también nosotros.

Santa Navidad para todos.


Patagonia Argentina.
Navidad 2010


+ Mons. Andrés Morello.


* UN PROBLEMA DURANTE 15 DIAS EN EL SERVICIO DE INTERNET TRASLADÓ HASTA HOY ESTE SALUDO NAVIDEÑO. GRACIAS.